Por degradación de suelo entendemos a la desnaturalización de las propiedades físicas, químicas y biológicas originales de cualquier clase de suelo. La que se traduce en su disminución de aportar un óptimo rendimiento en el espacio y el tiempo. A ello sumamos la pérdida por arrastre de partículas. Estudios recientes (Gvozdenovich, Pioto y Paparotti, 2015) indican que se pierden 66,5 kg/ha de soja por cada cm de suelo perdido.