Un campo debe ser explorado tanto topográficamente como en profundidad.
Una vez que lo conocemos, realizamos obras para optimizar el escurrimiento de agua y la infiltración.
Medir y calcular los efectos de las precipitaciones sobre el potencial escurrimiento.
Diseñar las estrategias para mejorar la infiltración de agua y evacuar los excedentes.
Ejecutar las obras buscando el mejor coeficiente de escurrimiento.
Sea que el agua se estanque y provoque anegamientos, o que corra demasiado rápido arrastrando capas de suelo fértil, cada problemática se afronta con medidas específicas.